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martes, 24 de junio de 2008

Lo prometido es deuda...

Lo prometido es deuda...Allí les coloqué una serie de artículos muy interesantes...Espero les guste y les sea de verdadera utilidad...Reciban un muy efusivo saludo y un fuerte abrazo, mis apreciados participantes...Cuídense mucho... ÉXITOS...

Y el acostumbrado REGALO...Creían que lo había olvidado ?

http://www.youtube.com/watch?v=ci6qyeJDg-k&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=boXDKSYVIAQ (Para Nelsybeth, es un anti-stress)

varios videos sobre stress...

http://youtube.com/watch?v=bYq_pBo30NY

http://youtube.com/watch?v=LWV66pvlAb4&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=TA7XcLz5YIs&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=4I_dmLnnseM&feature=related

Estrés laboral, Enfermedad o cualidad ?

Estrés laboral, ¿enfermedad o cualidad?

Si últimamente usted ha sentido dolores de cabeza, fatiga inexplicable, falta de concentración, irritabilidad, agresividad, agitación, ansiedad, dolores musculares, trastornos en la alimentación, problemas en la piel, o cambios de humor inesperados, es muy probable que sea una víctima más del estrés, la enfermedad no admitida más común en nuestros días.
¿Qué es el estrés?
Estrés es la palabra que se utiliza para describir los síntomas que se producen en el organismo ante el aumento de las presiones impuestas por el medio externo o por la misma persona. El estrés orientado a metas es un valioso instrumento de motivación que puede convertirnos en grandes atletas o empresarios. Pero también puede sumirnos en la depresión y llevarnos al suicidio.Cuando un individuo se encuentra bajo los efectos de la tensión, el hipotálamo, que se localiza en la parte media inferior del cerebro, activa las glándulas suprarrenales para que liberen adrenalina en la sangre y el cuerpo esté preparado para lidiar con situaciones estresantes.En caso de no liberar este tipo de energía interna, ésta queda retenida en nuestro cuerpo, alojándose en las partes más vulnerables del organismo, ocasionando uno o varios de los síntomas ya descritos. Sin embargo, es muy frecuente no reconocer que padecemos estrés y confesar que “algo” nos preocupa. Lo más común es padecerlo, negarlo o ignorarlo ya que nuestra cultura es de “machos y aguantadores.”De hecho, nuestra cultura social y laboral no acepta seres débiles ni vulnerables, sino personas capaces de responder a las exigencias del consumismo y de imagen social, donde la importancia del individuo es directamente proporcional a su poder de adquisición y acumulación de bienes para lograr el reconocimiento de los demás. Así, la frase “acostumbrado a trabajar bajo presión” se ha convertido en un requisito obligatorio –elevado a valor en el ámbito laboral– en perjuicio del bienestar humano.Fuentes de estrésEntre los factores más comunes que causan estrés, se encuentran tres: los propiciados por el medio ambiente, los originados en los centros laborales y los que son causados por la naturaleza misma de la persona.Entre los causados por el ambiente externo se encuentran la recesión, el desempleo, la guerra, los congestionamientos viales, hacer largas filas, no encontrar dónde estacionarse, andar siempre de prisa, y las situaciones imprevistas que no faltan a diario.Las fuentes de estrés en el ambiente laboral pueden ser debidos a la incongruencia en la conducta gerencial, la amenaza de despidos masivos, el cambio de jefe, comunicación deficiente, cambios constantes en los procesos de trabajo, falta de control en las cargas de trabajo, falta de claridad respecto a las expectativas del puesto, sistemas de reconocimiento inadecuados, falta de apoyo del jefe, formas inadecuadas de implementar el cambio en la organización, y las relaciones interpersonales deficientes.Además, la tolerancia al estrés y las formas de reaccionar varían en cada individuo según su personalidad y carácter. Sin embargo, cambiar de actitud y de forma de pensar constituye el primer paso hacia la solución de los problemas asociados con el estrés, debido a que, la mayoría de las veces, no es posible cambiar el comportamiento de los demás ni modificar el entorno.Personalidades: Tipos A y BEl primer paso para el control de estrés radica en identificar el origen de nuestros problemas y medir su efecto en nuestras vidas.En los años sesenta, los cardiólogos Meyer Friedman y Ray Rosenman realizaron una investigación sobre los efectos que el estrés ocasionaba en el organismo e identificaron dos tipos de personalidades, que llamaron “A” y “B”. Las personas “Tipo A” son perfeccionistas y altamente competitivas, se imponen plazos muy cortos para lograr sus metas, necesitan que se les infunda confianza en sí mismos, son impacientes, pueden ser agresivos si las cosas no salen como lo planean, hablan mucho de ellos mismos, necesitan llamar la atención y no saben escuchar a los demás.Los individuos “Tipo B” son informales, seguros de sí mismos, relajados y agradables. Son tan motivados como las personas “Tipo A”. Son pacientes y realizan sus tareas en una forma eficiente y tranquila. Saben escuchar, transmiten menos señales de ansiedad y les afecta menos el estrés ya que no son competitivos ni tienen la urgencia inflexible del tiempo.Evolucionar para sobrevivirNuestras percepciones y actitudes desempeñan un papel fundamental en la forma como reaccionamos. Por eso es que, cuando pasamos por una situación estresante, una de las estrategias es realizar algunos cambios en nuestro estilo de vida, y mantener una perspectiva equilibrada y realista de las situaciones conflictivas a fin de balancear la tensión con la relajación. Lo cual implica hacer un análisis objetivo de la situación y tomar la mejor decisión en el momento oportuno.Al lidiar con una situación estresante, tendemos a emplear mecanismos de defensa para negarla, justificarla o racionalizarla, y acabamos “acomodándonos” a ella y aceptando el estrés que conlleva; o bien, identificamos la situación y la enfrentamos.Los expertos en estrés recomiendan cuatro formas de lidiar con él: modificar la situación –ya sea cambiando de trabajo o de lugar de residencia–, adquirir nuevas habilidades para reducirlo o eliminarlo, percibir la situación bajo un enfoque o una perspectiva diferente, y/o realizar cambios en la conducta personal.
Además del equilibrio emocional y psicológico, es necesario atender el aspecto bio-físico de la persona. Para lo cual es recomendable mantener una alimentación variada y balanceada, eliminando el exceso de grasas y la cafeína –refrescos de cola, te y café–, el alcohol, el tabaco, el azúcar y la sal, entre otros. Así como practicar algún tipo de ejercicio no competitivo como la natación, caminar, correr, t’ai chi chuan, yoga, gimnasia bioenergética, o algún otro tipo de técnicas de relajamiento con objeto de liberar la energía atrapada en nuestro organismo y que es causante de dolencias psicosomáticas.Para finalizar, no hay que olvidar que el estrés es el signo de nuestros tiempos. Un cierto nivel de tensión puede ser motivante para realizar esos esfuerzos extra que a menudo nos exigen los retos que nos presenta la vida. Lo importante es mantener el equilibrio y continuar nuestro proceso de evolución y re-invención para poder sobrevivir. Ahora, en medio de esta crisis, tenemos la oportunidad de renovarnos y empezar, una vez más, un nuevo proyecto de vida paralelamente con este nuevo siglo.

Cómo prevenir el stress del docente

El cuidado de los que cuidan
Cómo prevenir el estrés del docente

Se ha detectado una variante del estrés conocida como del docente, o burnout , cuya característica es desarrollarse en profesiones que están en permanente contacto con personas.
La familia, los amigos, las aficiones, el descanso, son grandes protectores del burnout.

El ejercicio físico ayuda a la prevención del estrés, especialmente el vinculado con el desarrollo de nuestra capacidad aeróbica.

Años atrás se relacionaba el estrés con el mundo de los negocios. Hoy, la enfermedad se ha extendido y es una de las mayores causas de licencias médicas en todo el mundo. Aprovechemos las vacaciones para cargar pilar y prevenir el llamado "estrés del docente".
El estrés es una enfermedad muy próxima, de la cual somos todos candidatos. Controlarlo o prevenirlo es una de las actuales habilidades profesionales, tan esenciales como saber comunicarse, conocer idiomas o trabajar en equipo. Más aún, se ha detectado una variante del estrés conocida como "del docente" o burnout (literalmente, estar quemado) cuya característica principal es que se desarrolla en profesiones que están en permanente contacto con personas, a quienes ayudan o enseñan (educación y salud).Las estadísticas reflejan la importancia que ha cobrado este síndrome. En España, por ejemplo, nueve de cada diez licencias por enfermedad de los profesores es debido a conflictividad escolar que deriva en estrés. En Chile, las licencias médicas por estrés están dentro de las más solicitadas.Las causas del burnout ya fueron descritas en un artículo anterior: ( ¿Cómo llegas a fin de año: cansado o estresado? ), en esta ocasión nos centraremos en la "puesta a punto." En otras palabras, en el debido cuidado que deben tener los profesores y profesoras para cuidar su salud emocional, intelectual y física.En el burnout resulta fundamental la forma que tiene un individuo de enfrentarse a una situación de crisis en el trabajo, ya que si controla sus emociones de una forma eficaz, evitará su aparición. Según Leonardo Maffioletti, director del Liceo José Victorino Lastarria de Rancagua: "El profesor debe recrearse sanamente, intentar ir al cine o al teatro, hacer ejercicio. No debe preocuparse sólo de su trabajo, porque si no se cuida, nadie lo va a ayudar".Por eso es fundamental el esfuerzo que se aplique en estimular las ganas de vivir de uno mismo. Este trabajo se puede y debe realizar en varios planos, individual y grupalmente. La familia, los amigos, las aficiones, el descanso, son grandes protectores del burnout.Carmen Barros, directora del Liceo de Niñas de Viña del Mar, valora la importancia de construir un buen clima social dentro del establecimiento para la prevención del estrés. "Nosotros realizamos un desayuno antes de iniciar el semestre, celebramos la navidad, o hacemos una liturgia en Semana Santa, es decir, tratamos de generar espacios de convivencia", aclara.La relación docente-director es fundamental para lograr un buen clima en el establecimiento. "Un director sano, que celebra con ellos, que da explicaciones, que da la cara, que está presente entre los profesores y los apoderados, es vital para favorecer el clima de trabajo y la confianza de los profesores", dice la psicóloga educacional Beatriz Rodríguez. Y agrega: "De la misma manera el docente debe darse cuenta de que es mucho más fácil estar trabajando con el colegio, con el proyecto, que estar trabajando en contra. Ser crítico con el sistema, no por detrás. Ser capaz de decir lo que piensa para proponer los cambios"Claves para la prevención del burnout:
Comunicarse. Evitar el aislamiento, buscando la solidaridad de lo pares que son los que comparten las mismas situaciones.
Proceso personal de adaptación de expectativas a la realidad cotidiana.
Equilibrio de áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo.
Rutina de ejercicios que incluya actividades aeróbicas.
Respetar, conocer y formar las propias emociones.
Fomento de buena atmósfera de equipo: espacios comunes, objetivos comunes.
Capacitación permanente: nuevos conocimientos y elasticidad mental.
Diálogo efectivo con las autoridades del establecimiento. Decir lo que se piensa para proponer cambios.
Hacerse responsable de los propios actos. Aquellos que "echan la culpa" permanentemente a los otros son más propensos al estrés.

Estrés

Estrés (del inglés, "stress", "fatiga", en especial la fatiga de materiales) es toda demanda física o psicológica fuera de lo habitual y bajo presión que se le haga al organismo, provocándole un estado ansioso. En la mayor parte de los casos, el estrés aparece debido a las grandes demandas que se le imponen al organismo.
Historia del concepto
Hans Selye (1907-1982) fue el responsable de acuñar este vocablo. Fisiólogo y médico vienés, fue también director del Instituto de Medicina y Cirugía Experimental de la Universidad de Montreal. En 1950 publicó su investigación más famosa: Estrés: Un estudio sobre la ansiedad.
A partir de esta tesis, el estrés o síndrome general de adaptación (conocido por las siglas SGA) pasó a resumir todo un conjunto de síntomas psicofisiológicos.

Síntomas generales del estrés
Los síntomas generales del estrés son bien conocidos:
estado de ansiedad
sensación de ahogo e hipoxia aparente
rigidez muscular
pupilas dilatadas (midriasis)
incapacidad de conciliar el sueño (insomnio)
falta de concentración de la atención
irritabilidad
pérdida de las capacidades para la sociabilidad
estado de defensa del yo

Condiciones desencadenantes del estrés
Los llamados estresores o factores estresantes o situaciones desencadenantes del estrés son cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo (alostasis).
Una parte importante del esfuerzo que se ha realizado para el estudio y comprensión del estrés se ha centrado en determinar y clasificar los diferentes desencadenantes de este proceso. La revisión de los principales tipos de estresores que se han utilizado para estudiar el estrés nos proporciona una primera aproximación al estudio de las condiciones desencadenantes del estrés y nos muestra la existencia de ocho grandes categorías de estresores:
situaciones que fuerzan a procesar información rápidamente
estímulos ambientales dañinos
percepciones de amenaza
alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etcétera)
aislamiento y confinamiento
bloqueos en nuestros intereses
presión grupal
frustración
Sin embargo, al caber la posibilidad de realizar diferentes taxonomías sobre los desencadenantes del estrés en función de criterios meramente descriptivos -por ejemplo, la que propusieron Lazarus y Folkman (1984), para quienes el estrés psicológico es una relación particular entre el individuo y el entorno (que es evaluado por el individuo como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su bienestar), se ha tendido a clasificarlos por el tipo de cambios que producen en las condiciones de vida. Conviene hablar, entonces, de cuatro tipos de acontecimientos estresantes:
Los estresores únicos: hacen referencia a cataclismos y cambios dramáticos en las condiciones en el entorno de vida de las personas, y que habitualmente afectan a un gran número de ellas.
Los estresores múltiples: afectan sólo a una persona o a un pequeño grupo de ellas, y se corresponden con cambios significativos y de transcendencia vital para las personas.
Los estresores cotidianos: se refieren al cúmulo de molestias, imprevistos y alteraciones en las pequeñas rutinas cotidianas.
Los estresores biogénicos: son mecanismos físicos y químicos que disparan directamente la respuesta de estrés sin la mediación de los procesos psicológicos.
Estos estresores pueden estar presentes de manera aguda o crónica y, también, pueden ser resultado de la anticipación mental acerca de lo que puede ocurrir en el futuro.

Estados de adaptación
Selye describió el síndrome general de adaptación en tres estados:
alarma de reacción, cuando el cuerpo detecta el estímulo externo;
adaptación, cuando el cuerpo toma contramedidas defensivas hacia el agresor;
agotamiento, cuando comienzan a agotarse las defensas del cuerpo.
El estrés incluye distrés, el resultado de acontecimientos negativos, y eustrés, el resultado de acontecimientos positivos. Aunque se produzca una situación de distrés al mismo tiempo que otra de eustrés, ninguna de las dos anulará a la otra. Ambas son adictivas y estresantes por sí mismas.
El estrés puede contribuir, directa o indirectamente, a la aparición de trastornos generales o específicos del cuerpo y de la mente.
En primer lugar, esta situación hace que el cerebro se ponga en guardia. La reacción del cerebro es preparar el cuerpo para la acción defensiva. El sistema nervioso se despierta y las hormonas se liberan para activar los sentidos, acelerar el pulso, profundizar la respiración y tensar los músculos. Esta respuesta (a veces denominada respuesta de lucha o huida) es importante, porque nos ayuda a defendernos contra situaciones amenazantes. La respuesta se programa biológicamente. Todo el mundo reacciona más o menos de la misma forma —tanto si la situación se produce en la casa como en el trabajo.
Los episodios cortos o infrecuentes de estrés representan poco riesgo. Pero cuando las situaciones estresantes se suceden sin resolución, el cuerpo permanece en un estado constante de alerta, lo cual aumenta la tasa de desgaste fisiológico que conlleva a la fatiga o el daño físico, y la capacidad del cuerpo para recuperarse y defenderse se puede ver seriamente comprometida. Como resultado, aumenta el riesgo de lesión o enfermedad.
Desde hace 20 años, muchos estudios han considerado la relación entre el estrés de trabajo y una variedad de enfermedades. Alteraciones de humor y de sueño, estómago revuelto, dolor de cabeza y relaciones alteradas con familia y amigos son síntomas de problemas relacionados con el estrés que se ven comúnmente reflejados en estas investigaciones. Estas señales precoces del estrés de trabajo son fácilmente reconocibles. Pero los efectos del estrés de trabajo en las enfermedades crónicas son más difíciles de diagnosticar, ya que estas enfermedades requieren un largo período de desarrollo y se pueden ver influidas por muchos factores aparte del estrés. Sin embargo, gran número de evidencias sugieren que el estrés tiene un papel preponderante en varios tipos de problemas crónicos de salud, particularmente en las enfermedades cardiovasculares, las afecciones musculoesqueléticas y las afecciones psicológicas.
El estrés de trabajo se puede definir como un conjunto de reacciones nocivas, tanto físicas como emocionales, que concurren cuando las exigencias del trabajo superan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador. El estrés de trabajo puede conducir a la enfermedad psíquica y hasta física. El concepto del estrés de trabajo muchas veces se confunde con el desafío (los retos), pero ambos conceptos son diferentes. El desafío nos vigoriza psicológica y físicamente, y nos motiva a aprender habilidades nuevas y llegar a dominar nuestros trabajos. Cuando nos encontramos con un desafío, nos sentimos relajados y satisfechos. Entonces, dicen los expertos, el desafío es un ingrediente importante del trabajo sano y productivo.
En la actualidad existe una gran variedad de datos experimentales y clínicos que ponen de manifiesto que el estrés, si su intensidad y duración sobrepasan ciertos límites, puede producir alteraciones considerables en el cerebro. Éstas incluyen desde modificaciones más o menos leves y reversibles hasta situaciones en las que puede haber muerte neuronal. Se sabe que el efecto perjudicial que puede producir el estrés sobre nuestro cerebro está directamente relacionado con los niveles de hormonas (glucocorticoides, concretamente) secretados en la respuesta fisiológica del organismo. Aunque la presencia de determinados niveles de estas hormonas es de gran importancia para el adecuado funcionamiento de nuestro cerebro, el exceso de glucocorticoides puede producir toda una serie de alteraciones en distintas estructuras cerebrales, especialmente en el hipocampo, estructura que juega un papel crítico en muchos procesos de aprendizaje y memoria. Mediante distintos trabajos experimentales se ha podido establecer que la exposición continuada a situaciones de estrés (a niveles elevados de las hormonas del estrés) puede producir tres tipos de efectos perjudiciales en el sistema nervioso central, a saber:
Atrofia dendrítica. Es un proceso de retracción de las prolongaciones dendríticas que se produce en ciertas neuronas. Siempre que termine la situación de estrés, se puede producir una recuperación de la arborización dendrítica. Por lo tanto, puede ser un proceso reversible.
Neurotoxicidad. Es un proceso que ocurre como consecuencia del mantenimiento sostenido de altos niveles de estrés o GC (durante varios meses), y causa la muerte de neuronas hipocampales.
Exacerbación de distintas situaciones de daño neuronal. Éste es otro mecanismo importante por el cual, si al mismo tiempo que se produce una agresión neural (apoplejía, anoxia, hipoglucemia, etc.) coexisten altos niveles de GC, se reduce la capacidad de las neuronas para sobrevivir a dicha situación dañina.

La resistencia al estrés
Las variables que confieren a la personalidad las características que la hacen más resistente ante las demandas de las situaciones y que han recibido mayor atención, son aquéllas que hacen referencia a las creencias, ya que en su mayor parte son tendencias generalizadas a percibir la realidad o a percibirse a sí mismo de una determinada manera (Lazarus, 1991). En general, se trata de un conjunto de creencias relacionadas, principalmente, con la sensación de dominio y de confianza sobre la realidad del entorno, que van desarrollándose a lo largo de la vida, y que están muy relacionadas entre sí. El núcleo de creencias de una persona incidirá sobre el proceso de estrés, modulando los procesos de valoración sobre las condiciones estresantes. Entre dichas características se incluyen:
el sentimiento de autoeficacia (Bandura, 1977, 1997)
el locus de control (Rotter, 1966)
la fortaleza (Maddi y Kobasa, 1984)
el optimismo (Scheir y Carver, 1987)
el sentido de coherencia (Antonovsky, 1987)

El estrés en la empresa
Un entorno especialmente relacionado con el estrés es la empresa. La razón es que es éste un lugar en que existe un conflicto permanente entre la necesidad de resultados y los recursos necesarios para obtener dichos resultados, fundamentalmente tiempo y dinero. Existe una gran presión sobre los empleados, directivos y empresarios para dedicar más tiempo y dinero a fin de conseguir los resultados, tomar decisiones, cambiar para innovar, etcétera. Y esto no es nada cómodo para la naturaleza humana, que reacciona con una gran variedad de síntomas derivados del alto grado de estrés que puede alcanzar.
La comunidad empresarial suele reaccionar de forma sintomática a la presión diaria para ser más productiva, más eficaz y a la necesidad permanente de cambiar e innovar para adaptarse más al entorno. Por ello, las instituciones oficiales y privadas y las empresas más avanzadas han empezado a estudiar este fenómeno, y existe unanimidad en el sentido de que hay que conseguir formas de trabajo más colaborativas y participativas en las que se analice conjuntamente con especialistas normalmente externos (profesionales del coaching de la empresa, psicólogos, etcétera) el proceso de análisis de la realidad empresarial, la toma de decisiones, la mejora de procesos, involucrando a todos los responsables de la toma de decisiones y de la ejecución para mejorar su nivel de control sobre su entorno, reducir el estrés, trabajar mejor y más eficazmente.
Pero no sólo es una tarea relacional o humana. Los profesionales externos también tienen que tener profundos conocimientos empresariales, para entender y orientar los procesos reales comerciales y financieros. El ejemplo típico es que si una fábrica está mal organizada y se produce un gran estrés entre sus componentes, no vale sólo con escuchar y atender a los trabajadores: también es necesario que se tomen las decisiones necesarias para que mejoren los procesos básicos, y con ello se liberen las energías improductivas en la plantilla.
Un caso específico de estrés es el del empresario que dirige su propio negocio. Además de los mismos síntomas que el resto de la comunidad empresarial, también tiene dos circunstancias adicionales: puede estar aislado culturalmente del resto de la plantilla, y además no puede abandonar su puesto de trabajo y cambiar de empleo fácilmente, pues tendría que vender la empresa, y ello hace que se vea obligado a sacarlo adelante como sea, muchas veces sin tener la preparación suficiente. En estos casos suele indicarse el uso de asesores empresariales externos, como apoyo a su labor.